Soñar despierto, con el cielo |
Este entrañable Galileo de lana, perdón, de carne y hueso, mira al cielo desde niño y descubre las leyes que gobiernan nuestro universo subiendo hasta el árbol de la ciencia. Es muy bonita la metáfora del joven Galileo, rodando cuesta abajo una y otra vez (=experimentar), abriendo los ojos y viendo las diferentes formas de las nubes (=observar). Y todo ello a ritmo de vals y acordeón.
Un último suspiro convierte al padre de la ciencia moderna en una estrella que se integra en el cosmos, formando parte del cielo maravilloso y lleno de secretos que tantas veces observó. Si entendemos que "subir al cielo" es dejar este mundo, nadie mejor que Galileo para enseñarnos que ese cielo puede ser también un cosmos ordenado y armónico.
Telescopio para comprender, firmamento y conocimiento |
EN CLASE DE ESPAÑOL
La figura de Galileo puede ser muy motivadora para los estudiantes de un idioma, ya que la mejor forma de aprender a comunicarnos en una lengua que no conocemos es utilizarla en situaciones significativas. Aunque sepamos poco, es importante que no seamos tímidos y nos lancemos a hablar desde el primer momento.
Recuerda tus primeros pinitos con el inglés, el francés, el español, cuéntanos tus primeros experimentos, perdón, experiencias, con el idioma que empezabas a aprender.
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