viernes, 8 de julio de 2016

Avalar

Vecinos y amigos... ¿también cuando se habla de dinero?
Avalar es respaldar, garantizar, ayudar, comprometerse. Este verbo, cuyo sentido parece implicar cierta idea de generosidad, hoy en día también significa decepción al utilizarse entrecruzando dos ámbitos, el personal y el social. Pedir a una persona que nos avale inmediatamente se asocia a la asunción de un riesgo en el ámbito financiero, que en la actualidad es algo inasumible. El cortometraje vasco de animación Don Miguel (Kote Camacho, 2014) nos exhibe esta gran realidad: al día de hoy es una insensatez pedir a alguien que sea nuestro aval en cualquier banco.
 

Avalar es arriesgar, te puede llevar tras las rejas



En este cortometraje se presenta una situación que se ha dado con frencuencia en nuestro país durante la última década: el dinero estigmatiza nuestra vida y más si se trata de un crédito. Eugenio, un sencillo hombre de campo, se presenta en la botica de su amigo Miguel para pedirle ser su avalista en la compra de un terreno. Animado por el banquero y sin saber lo que implica un aval bancario, Eugenio apela a la amistad como mejor garantía de credibilidad entre los dos vecinos. Sin embargo, Don Miguel es prudente y se lo piensa dos veces antes de firmar el contrato del préstamo. Como en la vida misma, pedir un aval puede poner en riesgo no solamente la amistad, sino también la familia puesto que son muchos los ancianos padres que en España se han visto embargados por la falta de solvencia de sus hijos que, tras haber perdido el trabajo, no pueden pagar sus hipotecas.

Siniestra y enigmática usura: línea de fuerza

Es una verdad en blanco y negro, sin matices, como las imágenes expresionistas de este breve relato fílmico que refuerzan con dramatismo las líneas de fuerza narrativa. Nuestros ojos de espectadores deben captar con claridad las oposiciones entre el bien y el mal, entre lo ético y lo inmoral. "Con usura ningún hombre puede tener una casa con buenos cimientos", decía Ezra Pound en su Canto XIV. El mensaje de este cortometraje contra la especulación es evidente.




Cortar por lo sano

En el cortometraje el hacha de Eugenio es el símbolo del peligro y amenaza que conlleva su petición. El hacha representa mediante una hipérbole visual que las relaciones se pueden cercenar de un solo tajo, cortar de un hachazo, cuando entre ellas se instala la usura, la codicia, en último término, el interés. Podemos preguntarnos cuántas relaciones conocemos a nuestro alrededor que no estén instrumentalizadas, en nuestro círculo de amistades, familiar, laboral... seguro que la respuesta nos sorprende.



"Amigo verdadero: no va contra tu honra, ni tu dinero" (Refrán)


EN CLASE DE ESPAÑOL
El vocabulario relacionado con la economía es un tipo de léxico específico, suele ser el centro de muchos cursos de Español de los negocios. Palabras como "aval"/"avalar", "préstamo"/"prestar", "crédito"/"dar crédito", "hipoteca"/"hipotecar", son voces y expresiones que pertenecen también a otros ámbitos de uso más allá del económico, ya que los hablantes las utilizan al realizar transacciones cotidianas o incluso en el intercambio de información personal (por ejemplo, "no doy crédito a lo que ven mis ojos", para expresar sorpresa). Este cortometraje es un buen punto de partida de actividades en el aula que giren alrededor de este léxico. El profesor de español puede proponer un visionado del film en el cual los estudiantes describan los personajes principales y, después, los asuman en un juego de roles en el que por parejas un amigo pida a otro dinero prestado.