jueves, 17 de noviembre de 2016

Et in Arcadia ego


Salvaje, bárbaro, civilizado

Escapar del mundanal ruido y sumergirse en una naturaleza bucólica, idealizada e inmensa. En el largometraje El Perdut (El perdido, Christophe Farnarier, 2016) un hombre turbado por su propio deseo de morir encuentra en las montañas un refugio en el que olvidarse de su vida pasada y crear una nueva existencia atemporal y anónima. Son muchas las personas que a lo largo de su trayectoria vital se refugian en paraísos personales, para sobrevivir a crisis o naufragios (reales o imaginarios).



Epopeya robinsoniana
Lo curioso es que lejos del mundo, Martí, el hombre perdido en la montaña, vuelve a construir una mitología propia llena de austeridad pero también de civilidad (primero duerme al raso, luego a los pies de un roble, después en una cueva, más tarde construye una cabaña y al final ocupa una casa abandonada que decora con fotos de filósofos griegos). Nos recuerda al Robinson Robinson Crusoe de Daniel Dafoe, que recupera los restos del barco para reconstruir tanto el espacio privado como social (normas, calendario, rituales) en que se desarrolló su vida antes de vivir solo en una isla. La historia de Martí nos hace también pensar en Vendredi ou les limbes du Pacifique de Michel Tournier, cuya soledad se llena de reconciliación con la naturaleza y pasa de un periodo telúrico a una etapa de simbiosis con el entorno vegetal.


Cuatro elementos: tierra, fuego, aire, agua.

Resulta sorprendente en El perdut el poder semiótico de algunas imágenes que nos revelan la estrecha relación entre los seres de la montaña, en un ambiente alegórico de un mundo idealizado que hace incluso plantearse al espectador que quizás el protagonista sí murió al comienzo del largometraje y que lo que ahora contemplamos es su estancia en un paraíso terrenal. La metamorfosis que sufre Martí, de tímido a valiente, nos sitúa en el plano real de una historia que atrae porque es una metáfora de la lucha de todos nosotros por sacar adelante la vida de cada día.



Anagramme: natures de la culture


El contrapunto de la soledad de Martí está en la compañía sencilla de seres que le hablan solo con su presencia (la lechuza, el perro, los caballos). Los primeros planos tienen una fuerza significativa total en El perdut, de manera que la cercanía se utiliza como instrumento comunicativo. Lejos de la narrativa tradicional, este film es una apuesta por un cine experimental basado en una trama lineal sin voces aunque llena de sonidos y de sentido sobreentendido como si se tratase de un anagrama.

La historia de una persona perdida por voluntad propia


EN CLASE DE ESPAÑOL
Este largometraje es idóneo para la clase de español para tratar la narratividad, porque propone una historia a partir de un personaje que huye de su casa, amigos y familia a causa de una crisis personal, y que se refugia en la naturaleza pasando diferentes etapas de supervivencia. El profesor puede proponer a los estudiantes escribir una historia a partir del visionado del film que, aunque no tiene diálogos, está lleno de significación y mensajes fáciles de interpretar.



The film El perdut tells the story of a man who runs away from his life and takes refuge in the mountains.

El perdut est un film qui raconte l'histoire d'un homme qui fuit sa vie et se réfugie dans les montagnes.