Marisa cambia en función del espacio y el tiempo |
Te encontré lejos, y te volví a perder |
Empecemos por algo que es bastante significativo, y es que el protagonista masculino de este film encuentra a Marisa a más de 200 kilómetros de su lugar de residencia, en un parque infantil que está en otra ciudad. La mayoría de parejas que viven alejadas saben que la distancia es uno de los factores que más erosiona una relación sentimental. No obstante, en Marisa la ausencia no impulsa a darlo todo por perdido y se busca sin descanso a la protagonista femenina, una mujer caleidoscópica con cientos de perfiles. No en vano, para grabar Marisa se convocó a miles de candidatas a las sesiones de casting organizadas por Jameson Notodofilmfest, quedando finalmente seleccionadas 100 mujeres, 100 "Marisas".
No somos los mismos ni aquí ni allí |
En este film se pone el acento en que nuestra personalidad es vulnerable a cada sitio en que nos encontremos. No somos los mismos ni aquí ni allí, pero lo más preocupante es cuando las alteraciones que experimentamos se empiezan a dar sin cambiar de contexto. La moraleja es que nuestras relaciones son sensibles a las dos dimensiones que determinan nuestra existencia, el espacio y el tiempo, y estar en el lugar adecuado en el momento justo puede llegar a ser lo que salva una amistad, una relación amorosa o conyugal. Así, el protagonista masculino nos confiesa que aunque consiguió volver a encontrarse con Marisa en un lugar remoto, no sirvió de nada porque él ya no era el mismo, también había cambiado.
En Marisa el espectador es un participante activo en la creación de significados, ya que en el cortometraje el montaje está inspirado en el efecto kuleshov. En la sintaxis fílmica se presentan rápida y sucesivamente imágenes fotográficas y filmadas de primeros planos de mujeres, de tal forma que nos impulsan a interpretar, a contribuir también nosotros mismos a la narratividad del film, a establecer nexos de unión entre esas imágenes y un crisol de protagonistas con un único nombre propio, Marisa.
EN CLASE DE ESPAÑOL
En español tenemos unas expresiones especiales para referirnos a los cambios que experimentamos a lo largo de nuestra vida, se trata de una serie de combinaciones verbales con las que los hablantes pretendemos delimitar muy bien la modalidad de la transformación producida. Cuando una persona dice que "se ha hecho vegetariana" quiere subayar que este cambio es voluntario, que lo ha decidido por ella misma. Sin embargo, si otra nos dice que "se quedó viuda" nosotros enseguida interpretamos que este cambio es involuntario, a su pesar. Este tipo de verbos de cambio forman una lista limitada en español, compuesta por los verbos "hacerse", "quedarse", "volverse", "acabar de/acabar siendo", "llegar a", "ponerse". Es importante saber utilizar estos verbos en la comunicación, conocer sus combinaciones y alcance pragmático, por ello el visionado del cortometraje Marisa puede ser una buena oportunidad para practicar en clase estos verbos y contextualizar su uso.